5G
Despliegue de vehículos autónomos no es un tema de cuándo, sino de dónde
Ramón Rivera Notario
El contar con automóviles que puedan conducirse a sí mismos ha sido un sueño desde hace décadas, y finalmente esto es una realidad, aunque con matices. “Hay una clara diferencia entre la tecnología de asistencia a la conducción, que requiere que un operador humano preste atención y controle el vehículo, y los sistemas totalmente autónomos. Estos últimos no están disponibles en el mercado final y ningún proveedor debería ofrecer plena autonomía en un modelo que aún requiere de un conductor humano, esto es peligroso y confuso para los consumidores”, asegura el country manager de Intel en Chile, Giancarlo Benedetto.
Vehículos realmente autónomos, entonces, existen y están circulando en algunas calles, claro que solo en lugares determinados y como parte de flotas experimentales, en ningún caso disponibles para la venta a particulares. “Si vives en Phoenix, Arizona, hoy puedes realizar viajes totalmente autónomos, sin conductor, de Waymo con la aplicación de Lyft -un equivalente a Uber. Anduve en uno el año pasado y es increíble. Ya están aquí, solo depende de dónde es ‘aquí'”, indica desde Portland Edward Niedermeyer, analista de la industria automotriz y parte de PAVE, grupo que reúne a 62 organizaciones relacionadas con esta tecnología, como desarrolladoras de autos autónomos -Waymo, Toyota y Volkswagen, entre otras-, aseguradoras y centros de investigación.
No es una carrera
“Aparte de Waymo, que ha hablado un poco sobre esto, las firmas de autonomía dicen no tener planes para vender autos a los consumidores”, agrega Niedermeyer. No solo por el alto costo de los sistemas, detalla, que con esquemas de leasing podrían hacerse asequibles, sino porque “los sensores son muy delicados y para alcanzar el nivel de confiabilidad necesario, se debe saber siempre si están bien calibrados -un proceso sofisticado y demoroso. ¿Qué tan frecuente una persona común, dueña de un auto, querría ocuparse de eso?”, se pregunta. Actualmente, explica, las firmas se enfocan en probar sus autos en ciudades definidas, para seguir mejorando sus sistemas y desarrollar modelos de negocios que les permitan ir rentabilizando esta tecnología en su etapa inicial. Deben determinar, por ejemplo, si conviene más aplicar la autonomía hoy, cuando aún es muy cara, en flotas de taxis, en furgones para el reparto urbano o en camiones para el transporte.
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