Columnas

Transformación digital: la productividad con otra perspectiva

Por Eduardo Valente, socio líder de Consultoría de EY

La rápida diseminación del covid-19 ha llevado a que las empresas implementaren medidas rigurosas y restrictivas que generan impactos relevantes en la economía. En el corto plazo el principal desafío han sido la caída de la demanda y la continuidad operacional, además del riesgo de la salud de las personas. La pandemia sigue una lógica de guerra donde fuertes restricciones a la circulación de personas, cadenas de suministro interrumpidas, cierre de oficinas y cancelación de inversiones, imponen retos jamás enfrentados simultáneamente. Por esto, es importante responder estas tres preguntas:

Sobrevivir ¿Cómo evaluar el impacto a corto plazo, generar y asignar los recursos disponibles de una forma ágil y optimizada, especialmente en tecnologías que ayudan a mantener la seguridad de las personas y la continuidad operacional?

Responder ¿Cómo adaptarse a las nuevas necesidades, buscando alternativas de cadena de suministros, optimizando las operaciones y las finanzas, y utilizando analítica de datos para mejorar la toma de decisiones?

Resurgir ¿Cómo retomar el crecimiento, evitando la pérdida de competencias esenciales y, al mismo tiempo, adaptarse a los cambios y nuevas oportunidades?

Tenemos que aprender que, con la actual pandemia, la transformación digital puede ser la respuesta de muchas empresas para enfrentar los desafíos que estamos viviendo. Sin embargo, debemos centrar nuestras acciones en la generación de valor, creando una cultura de innovación y poniendo el foco en las personas.

Aprovecha el poder de los datos: el foco tiene que estar donde más se puede obtener valor. Las organizaciones que son pragmáticas invierten de forma proactiva en la innovación y adoptan el cambio digital, pueden reinventarse e impactar los resultados utilizando la data disponible para tomar decisiones más asertivas y en menos tiempo.

Cambia la forma en medir éxito: la frase más común en las startups es “fallar rápido, aprender rápido”. Así es como prueban, aprenden e innovan. Pues, adivina qué: en la mayoría de las empresas, si fallas rápido, serás despedido aún más rápido. Esta mentalidad está diseñada casi perfectamente para desalentar la creación de una cultura de innovación.

Las personas en primer lugar: la transformación digital está cambiando todo en nuestras vidas, llevando a muchos trabajadores a considerar cómo podría afectar sus carreras. Las empresas enfrentan los mismos desafíos cuando deciden qué capacidades necesitan desarrollar. Lo más importante es saber que la trasformación digital no pasa por la tecnología, si no en las personas y en la gestión del cambio en las organizaciones.

La automatización, la inteligencia artificial y blockchain son algunos ejemplos de soluciones que se pueden adoptar en esta transformación digital y que se ha convertido en un impulsor crucial para abordar la productividad desde otro punto de vista. Y si bien existen ejemplos de aplicación en Chile, la actual tasa de progreso digital está fuera de sincronización con la escala de oportunidad que existen. Nos queda tarea por hacer.

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